Juanvi en su salsa durante las VIII Jornadas de Culturaclásica.com en Mérida
Acabo de enterarme de que uno de los más apasionados amantes de los clásicos que he conocido ha dejado este maldito mundo, el cual, sin duda, no lo merecía. Tras luchar varias semanas entre la vida y la muerte con las consecuencias de un derrame cerebral, Juanvi Santa Isabel, alias Hermes, nos ha dejado.
Conocí a Juanvi en algunos de los eventos didácticos que, con mucho esfuerzo y cariño, se van organizando por la geografía española a lo largo del año para renovar y perfeccionar la formación del profesorado de lenguas clásicas. Era un hombre campechano y cariñoso, muy generoso y, como ya he dicho, apasionado.
Él siempre estaba allí colaborando y solía ser de los últimos en abandonar las instalaciones, siempre con una sonrisa nada forzada en su cara. Se veía que no le importaba trabajar hasta la extenuación robando horas a su ocio y su vida familiar con tal de mimar a su Gens Classica.
Recuerdo haber disfrutado con su entusiasmo al compartir su colección de calendarios y clepsidras antiguas en el taller Tempore Capto durante unas jornadas en Mérida. Tampoco me olvido de su cara de satisfacción cuando le felicité por su trabajo en la IX Jornada de Cultura Clásica de Sagunto. Así que me alegró volverlo a encontrar en Antequera esta primavera en las IX jornadas de culturaclásica.com y hace apenas un mes en el ITER MMXIII, donde asistí regocijada a esta encarnación suya de Jasón:
Por eso me ha dado tanta rabia la noticia. Por eso, y, sobre todo, porque era muy joven aún y me consta que era una buena persona, un hombre cabal y honrado de esos que tanta falta nos hacen. No me cabe duda de que es uno de esos a los que se refiere la sentencia de Menandro que titula la entrada de hoy: ὃν οἱ θεοὶ φιλοῦσιν ἀποθνήσκει νέος . En la lengua de Plauto: Quem di diligunt, adulescens moritur
Sé que leía este blog porque más de una vez incluyó alguna de mis entradas en sus magníficos partes de los miércoles en los Sueños de Hermes, donde nos ponía al día de lo que se cocía en la blogosfera clásica hispana con un estilo muy personal. No sé si en el Olimpo seguirá haciéndolo, pero por si acaso, aquí le dejo mi humilde homenaje.
¡GRATIAS MAXIMAS por tu divina inspiración, Juanvi Hermes!
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