martes, 22 de febrero de 2011

¿Pro patria mori?

As seen from a ninth-floor apartment, Tahrir Square filled up considerably after nightfall the night after Mubarak resigned

Ciudadanos egipcios en la plaza de Tahir de El cairo. Foto de nebeeday en FLICKR

Los que conozcan de cerca a algún profesor de griego ya deben hacerse una idea del temple que hace falta para dedicarse a estos menesteres, especialmente en tiempos tan pragmáticos y cortoplacistas como los que vivimos.Si los profesores de Secundaria hemos pasado en poco tiempo de ser envidiados por nuestras vacaciones y comodidades laborales a ser compadecidos por nuestros conciudanos,(al menos por los que aún no están en paro), los de griego, en particular, hemos llegado a tal estado que, los que no nos dan directamente por extinguidos nos consideran tan rancios y obsoletos como esas reliquias llenas de polvo que se almacenan en las iglesias o, en el mejor de los casos,nos miran, con cierta indulgencia, como a simpáticos "frikis."

Les aseguro que entiendo la desesperanza de la joven profesora italiana que en una carta al diario italiano La Republica explica por qué ella, profesora de latín, ha llegado a la conclusión de que tienen razón los que piensan que no tiene ningún sentido hoy en día enseñar o estudiar latín. Y explica, así mismo, cómo encuentra absurdo el adagio latino aquel que inspiró a tantas generaciones no sólo de romanos sino de europeos de todas las esquinas del pretérito imperio: "Dulce et decorum est pro patria mori"*.

Por eso dedico la entrada de hoy a explicar lo que le respondería, más o menos, si tuviera ocasión de encontrármela.

En cuanto a lo de para qué sirve en nuestros días estudiar latin, le hablaría de mi experiencia personal. Le explicaría cómo, a pesar de no haber recibido ni una sóla clase de italiano en mi vida y con el simple repaso de un manual de italiano básico para turistas, he viajado de forma independiente durante tres semanas por su país e incluso he participado en animadas conversaciones sobre la actualidad y la cultura italiana con algunos de sus compatriotas. También he leído su carta en el citado diario en versión original sin tenir que acudir a ningún traductor en línea para entenderla.¿Qué cómo se explica semejante portento? Creanme, no sólo porque mi lengua materna es un dialecto evolucionado del latín, sino porque he dedicado gran parte de mi juventud a estudiar latín clásico.

Evidentemente, necesitaría mejor bagaje para disfrutar en versión original de las obras de Dante, pero, si decidiera iniciarme en el estudio de esa bella lengua, seguro que avanzaría mucho más rápido y con más gozo y provecho que quienes se enfrenten al mismo reto sin haberse topado durante sus estudios con una sola palabra de latín.
Ahora que Europa tiene necesidad de dar respuesta como una verdadera unión a los rápidos cambios de mundo y que necesita más que nunca de algo que la cohesione y facilite la comunicación entre sus ciudadanos, quizá no deberíamos despachar con tanta displicencia estas virtudes del estudio de la lengua y la cultura latinas.

En cuanto a lo de morir por la patria, le diría que también a mí, afortunada ciudadana que sólo conoce la guerra de oídas y nunca tuvo que experimentarla en sus carnes, nacida en un siglo en que los excesos nacionalistas y el belicismo causaron ríos de sangre y sufrimientos horrendos cuyo onda expansiva ha perdurado durante decenios y nos siguen afectando más de los que creemos, me resulta lejano y casi inentiligible ese adagio. También me resulta difícil imaginarme en la tesitura de sacrificar lo más valioso que tengo como ser humano en aras del bien común, que es como creo que hay que entender lo de "patria". Por eso,le recomendaría que pensase en lo que tuvieron que hacer nuestros "maiores" para que nosotras hayamos podido vivir hasta ahora sin vernos en situaciones tan críticas o que preguntase al respecto a sus congéneres de la orilla sur del Mediterráneo. Por ejemplo, al tunecino que con su inmolación consiguió lo que parecía imposible o a los jóvenes egipcios que nos han recordado ejemplarme el verdadero valor del ágora y el significado auténtico de esa palabra griega que algunos creían tan gastada y cuyo nombre se pronuncia frecuentemente tan en vano en el continente que la inventó: DEMOCRACIA, el poder del pueblo.

¡Qué curioso!Hasta el widget de proverbios clásicos que encabeza el margen derecho de este blog parece conjurarse hoy para contestar a esa desesperada carta. He aquí el proverbio que me he encontrado al entrar hoy al blog: Συνεκποτέον ἐστί σοι καὶ τὴν τρύγα. Etiam bibendae sunt simul faeces tibi.(También tienes que beberte las heces).
Sí, va todo en el lote: si quieres apurar la copa y disfrutar del vino, también tienes que tragarte los posos. ( Recordemos que los vinos de la antigûedad no estaban solían estar tan perfectamente decantados como los de hoy en día.) Para conseguir una pequeña cantidad de oro hay que extraer toneladas de ganga. Bella lección de la experiencia.



Finalmente,le contaría a mi colega italiana cómo nos enfrentamos los profesores de clásicas españoles a la situación: Por mucho que a algunos pese, aquí seguimos vivitos y coleando , pocos pero escogidos e inasequibles al desaliento. Muestra de ello son las iniciativas del grupo CHIRON, que aglutina en torno a su magnífico sitio colaborativo a un montón de apasionados profesores, estudiantes y amantes por libre de las lenguas y la cultura clásicas.

Se han propuesto ahora estos chicos unir a todos los amantes de las lenguas clásicas en una lectura colectiva en versión original de dos obras cumbres de la literatura clásica: La Ilíada de Homero y la Eneida de Virgilio. Pretenden, así, conseguir que este patrimonio cultural universal perviva en el espacio virtual y salga de los rincones menos transitados donde suele guardarse como oro en paño.

Quizá haya algún purista al que le parezca una falta de respeto este acercamiento tan plebeyo a nuestros clásicos y que sólo se fije en los errores de pronunciación, ritmo o prosodia. Pero, ¿qué quieren que les diga? , tal vez ese afán purista sea precisamente el responsable de que cada vez sea más difícil encontrar a alguien que pueda recitar a Homero en su lengua original e introducirnos en las sutilezas del oficio de los antiguos aedos. Y tampoco creo que el purismo nos defienda del oportunismo de los demagogos que pretenden borrar de los planes de estudio las Humanidades por no ser rentables a sus propósitos.

Animo a todos aquellos capaces de afrontar este reto a "salir del armario"y mostrar al mundo que ellos también estudiaron o estudian griego y latín. Para hacerlo, sólo tienen que entrar en esta página y seguir las instrucciones o empezar a estudiar las lenguas de Homero y Virgilio. Como dijo no hace tanto el poeta Shelley, "We are all Greeks", que en la lengua de Cervantes significa "Todos somos griegos".

Notas: * Es agradable y digno morir por la patria."