Sócrates(foto de Noneck) |
¿Qué dirían los antiguos griegos si los actuales les pidieran consejo para afrontar sus problemas económicos?
Esa es la pregunta que ha querido responder Armand d'Angour, profesor de Clásicas en la Universidad de Oxford, en un reciente artículo aparecido en la sección de negocios de BBC News .
Allí nos recuerda cómo en el siglo VI a.C los ciudadanos más pobres de Atenas, ahogados por la deuda , que los convertía literal y legalmente en esclavos de sus acreedores , en medio de una división social y desigualdad rampantes, estaban al borde de la revolución.
Para resolver sus problemas recurrieron a Solón, uno de los sabios de Grecia. Este sagaz político y poeta demostró su talla de estadista al abolir la esclavitud por deudas que estaba acabando con el campesinado libre, la escala más baja de la ciudadanía. Así mismo, hizo leyes que regularon la propiedad de tierras y revolucionaron la política fiscal existente hasta el momento haciendo que se pagaran impuestos no según el linaje sino según el patrimonio. Esta fue la piedra angular en la construcción de un nuevo sistema político: la democracia. Y este es el ejemplo de lo que hace un verdadero gran hombre de estado : llevar a cabo con coraje las medidas necesarias, por impopulares que sean , en pro de la estabilidad y la justicia.
Continúa D'Angour imaginando lo que contestaría el oráculo de Delfos si los griegos le preguntaran acerca de la conveniencia o no de salir del euro. "Grecia deber abandonar el euro si el euro ha abandonado a Grecia", sería el críptico veredicto de Apolo, con un estilo muy similar al de los actuales expertos en economía.
Ariga de Delfos (foto de Magdalena Zambrano) |
También podrían escuchar los atribulados griegos la sabia advertencia de Pitágoras: "Todo vuelve, nada es completamente nuevo." Sentencia que inspiró siglos más tarde al autor del Eclesiastés la conocida frase: " Nada hay nuevo bajo el sol."
En cuanto al peliagudo problema de cómo resistir a los embates de la adversidad, ningún mantra mejor que las palabras del esforzado y astuto Ulises en la Odisea de Homero: "Aguanta, corazón, hemos soportado calamidades mayores."
El filósofo Sócrates, que tiene hoy una estatua justo enfrente del Banco de Grecia, se ganó a pulso el mote de "tábano de Atenas" entre sus contemporáneos y les llegó a molestar tanto con su insistencia en llegar al fondo de los problemas mediante la indagación que acabaron condenándole a beberse la cicuta. Si le consultaran a él, su consejo sería que no cejaran en el empeño de reflexionar con libertad y honestidad, por difícil que sea encontrar las respuestas definitivas y especialmente cuando parece imposible encontrarlas.
Si se acercasen al comediógrafo Aristófanes, látigo de los demagogos y politicastros del momento, que también abundaban en la idealizada democracia de la Atenas clásica, les diría: "Escoged buenos dirigentes o acabaréis cargando con los malos."
Para enfrentarse al torbellino de los caprichosos mercados de deuda y los rescates deberían recordar a Heráclito cuando decía "No se puede entrar en el mismo río dos veces". Todo cambia constantemente, así que hay que aprender a distinguir la balizas a las que agarrase fuertemente para que no nos lleve la corriente en tiempos turbulentos.
El médico Hipócrates, acostumbrado a observar concienzudamente a los enfermos y registrar el resultado de sus observaciones y acciones con toda exactitud, podría advertirles: "Hacerse ilusiones no traerá la cura . " Es decir, "Observad honesta, exhaustiva y científicamente lo que funciona y lo que no y obrad en consecuencia".
Tampoco les vendría mal tomar el ejemplo de Clístenes y aprender a aprovechar la oportunidad.
Aunque , tal vez, lo mejor que podrían hacer sería dejar de agobiarse tanto , "desconectar" un poco y esperar a que la respuesta les llegue cuando menos lo esperen, en medio de una baño, por ejemplo, como a Arquímedes, científico y ciudadano de pro.
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