sábado, 14 de noviembre de 2009

Paranoia lingüística

foto de telendro

A menudo me encuentro compatriotas que al reflexionar sobre sus problemas para entender y hacerse entender en el extranjero acaban llegando a una misma conclusión: "Es que a los españoles se nos dan mal los idiomas". Lo más chocante, es que lo he oído incluso en boca de profesores de idiomas.Yo creo que el problema es otro: poca exposición a la lengua extranjera , mala calidad de la enseñanza recibida o simple falta de auténtico interés en comunicarse en otro idioma.


Otra cosa que me choca de nuestra relación con las lenguas es la poca naturalidad con que se acoge a menudo que los españoles que tienen una lengua materna distinta se expresen en la misma. Incluso el hecho de elegir el término "español" o "castellano" para referirse a la lengua oficial de todo el país resulta un tanto espinoso.

Esto me ha venido a las mientes al encontrar por casualidad en la red un fragmento de un antiguo artículo de prensa estadounidense contemporáneo de la última campaña electoral de ese país y titulado "Atrapados en las garras de la paranoia lingüística" que paso a traducir:

"¿Qué hace que la mayor potencia militar de la tierra tiemble hasta la cachas? ¿Qué hace estremecerse de miedo a una nación entera, la mayoría de cuyos integrantes desciende de hablantes de idioma materno distinto del inglés? ¿Qué provoca escándalo en los debates y mítines en los ayuntamientos de la actual campaña presidencial? La lengua, eso es.

No todas las lenguas se consideran el coco del tío Sam, sólo la 6.911 que no son inglés. Los americanos a menudo ven las otras lenguas como una amenaza a su identidad tanto individual como colectiva. Por eso , una mujer de Pensilvania se levantó recientemente para decirle a John McCain cómo le cabrea ver la palabra "entrada" en la puerta del almacén de decoración de su pueblo. Barack Obama se atrevió a sugerir el mes pasado que los niños norteamericanos deberían apender el español...

La paranoia lingüística parece haber alcanzado niveles sin precedentes en los últimos años, un fenómeno que seguramente asombraría a los Padres Fundadores. Después de todo, ellos decidieron no declarar una lengua oficial para Estados Unidos, a sabiendas de que que el dominio lingüístico a menudo fluctúa en el mundo y de que, si lo hacían, podría restringirse la capacidad del país tanto para competir internacionalmente como para responder a las necesidades interiores."

Después de recordar la tradición de ocupantes políglotas de la Casa Blanca, los beneficios de la baza de la diversidad lingüística para su país (donde se hablan unas 311 lenguas distintas y el 20 por ciento de la población habla en su casa una lengua materna distinta del inglés) y la creciente importancia estratégica y económica del multilingüismo la autora termina su artículo así:


"Así que, ¿por qué las plumas del águila calva se erizan cada vez que nuestros candidatos a presidente mencionan el asunto de la lengua? Miedo a lo desconocido. Aquello con lo que no estamos familiarizados nos incomoda. Aceptar que somo una nación multilingüe es un reto, porque requiere que miremos más allá de nuestras fronteras y fuera de los límites personales en los que nos encontramos a gusto . ¿La única solución? Conocer al enemigo."

(Traducción propia de un artículo de Nataly Kelly publicado en The Boston Globe el 11 de agosto de 2008)

Me pregunto qué dirían los Padres Fundadores acerca de lo nuestro.

1 comentario:

Marina Menendez dijo...

Gracias por el artículo Ecano.
Creo que las lenguas son patrimonio de la humanidad y como tales deberíamos cuidarlas, disfrutarlas y conservarlas.
Saludos desde Argentina ; )